miércoles, 12 de enero de 2011

Escrito por: Agustín Bilche
Como fanático del fútbol y del basquetbol he visto a varios jugadores de gran talla que pese a su calidad no han llegado a triunfar, ya sea por inconductas o quizás porque el destino les jugó una mala pasada.
Un caso particular es el de Germán Hornos, futbolista que pintaba para crack y a su corta edad ya militaba en el Sevilla español y en la selección charrúa.
Lamentablemente, luego de un accidente automovilístico nunca pudo recuperar su nivel, recalando nuevamente en los cuadros más bajos del futbol uruguayo sin tener éxito. Cosas de la vida, cosas del destino.

Hay autobuses que pasan tan sólo una vez en la vida. Esteban cogió el suyo. En ocasiones un viaje lo puede cambiar todo, dejarte seducir por una ciudad, un trabajo o por una persona y empezarlo todo de cero. Batista no cayó hipnotizado por ninguna de estas tres opciones, sino simplemente la casualidad y las circunstancias le jugaron una buena pasada.

Obviamente el destino fue acompañado de trabajo, sacrifico, calidad y sobre todo garra –cualidad innata de los uruguayos- para saltar obstáculos en su carrera, porque no todas fueron color de rosa, también hubieron momentos difíciles.

Nació la esperanza del básquet celeste
Esteban Batista nació el 2 de Setiembre de 1983 en Montevideo, en un país identificado por su fanatismo futbolístico, por ende Esteban desde pequeño tubo el sueño que todos los niños uruguayos tienen; ser jugador de fútbol profesional. Para ello entrenaba en el club de sus amores (Club Nacional de Fútbol) como portero debido a su exuberante físico, pero esta historia no tuvo un final feliz… o tal vez sí.

A los 15 años fue educadamente despedido de Nacional debido a su baja calidad como jugador de fútbol –Amaba los deportes y nunca tiro la toalla- siendo este su primer obstáculo en su vida deportiva o quizás el impulso a incurrir en el mundo basquetbolístico.

De portero suplente a estrella de la ACB

Luego de ver frustrado su sueño de ser futbolista comenzó a practicar básquet en un club humilde de tercera división, sólo por el hecho de que varios de sus amigos jugaban allí y se divertían juntos -a Esteban no le interesaba para nada el deporte naranja- Pero el destino marcó la carrera deportiva de Esteban Batista para bien, mientras tomaba un bus para volver a su casa en Playa Pascual, una persona allegada al basquetbol, al verse impactado por la altura del joven Esteban lo convence para practicar en Welcome (equipo que junto a Cordón eran los monarcas del básquet uruguayo en la década del 90 y principios del 2000).

“Cuando el conocido del bus me lo comentó le dije que no me interesaba porque con mis amigos estaba bien, aunque insistió tanto que al final me convenció para ir a entrenar una vez”.

Del fútbol al baloncesto en tiempo record. La adaptación resultaba complicada pero Batista cambió el chip y no tardó en dar pasos de gigante en su nuevo hobby, que pronto derivó en profesión. El talento le salía por los poros.

En 2001 logró arañar minutos con Welcome en primera división y año siguiente sus números y minutos aumentan, tal así que ojeadores empiezan a fijarse en él y la puerta de Europa se le abre en el verano del 2002, pero al no tener pasaporte decidió volverse a su país de origen.

En 2003 jugó la liga uruguaya por Salto Uruguay donde elevó notoriamente su actuación y el mismísimo Real Madrid se fijo en él y lo fichó, aun que el pasaporte sería una nueva traba y volvería a Uruguay un año después tras un préstamo al Pozuelo español con altos y bajos.

Volvió de España y jugó en Trouville donde fue consagrado como el mejor jugador del año, plasmando su gran juego en la pintura.


Fue en el Torneo de las Américas en donde la carrera de Esteban tendría un punto de inflexión. Hasta el momento sólo había triunfado en el ámbito local pero no había rendido a nivel internacional. En este torneo se convirtió en el referente del seleccionado uruguayo y fue elegido como el mejor pivot del campeonato. Este nombramiento le valió el interés de equipos de la NBA como Golden State Warriors y Atlanta Hawks. Finalmente Esteban firmó con los Hawks convirtiéndose así en el primer y único jugador uruguayo de baloncesto en militar en la mejor liga del mundo, privilegio que pocos sudamericanos ostentan.

Esta experiencia NBA fue agridulce, si bien no jugó lo que hubiera deseado, porque el DT no lo tenía en cuenta, le sirvió para codearse con los mejores del mundo y crecer en temperamento al estar sólo en un país e idioma foráneo.

Luego de terminado su contrato con los Hawks y un interés de los Celtics de Boston por ficharlo, decidió dejar la NBA y volver al básquet europeo, en este caso Israel fue la parada, más precisamente en el Maccabi Tel Aviv, donde tuvo una excelente actuación y lograron el subcampeonato de la Euroleague. Si bien parecía que se acoplaba al equipo y al ambiente de allí fue despedido al igual que varios extranjeros que limitaban en el equipo amarillo (junto al brasileño Alex entre otros), porque la directiva buscaba abaratar costos.

Este fue otro obstáculo en su carrera, pero no terminaría allí. Batista se subió a la montaña rusa del Triumph, donde no se adapto ni al clima ni al idioma y decidió marcharse rápidamente.

Recaló en el Libertad de Sunchales de Argentina en donde además de sumar muchos minutos le sirvió de impase para sentar cabeza y analizar opciones para su futuro.

Fue allí que surgió la oferta del Fuenlabrada y se dio su revancha en la ACB tras frustradas ocasiones de triunfar en el básquet español. Allí Esteban pudo lograr la estabilidad que tanto ansiaba y mostró todo su potencial convirtiéndose en uno de los jugadores con mayor valoración en toda la ACB.

Al principio de esta temporada al irse su pivot estrella a la NBA (Tiago Splitter se marcho a los Spurs de San Antonio) el Caja Laboral apuntó a Esteban Batista, pero la negociación no se realizaría hasta ahora, en donde el Baskonia pago un millón de euros por la recisión del contrato de Batista con el Baloncesto Fuenlabrada.
Esteban Batista firmó por el vigente campeón de la ACB y debutó frente al Lagun Aro dónde viniendo desde el banquillo de suplentes logró aportar su buen juego y logró voltear el resultado, llevándose el partido.



La prensa española no se cansó de elogiarlo en su pasaje por el Fuenlabrada y en su debut en el Caja Laboral también se rindieron a sus pies.

A base de esfuerzo y calidad a logrado hacerse un lugar en la ACB y es considerado uno de los mejores de la liga sino el mejor. Premio al esfuerzo.

Le encanta vestirse de celeste

Si bien su carrera en los clubes tuvo ciertos altibajos en la selección siempre rindió de gran manera.
Varios jugadores del seleccionado como Leandro García Morales, Martín Osimani o Gustavo “Panchi” Barrera, al firmar contrato con grandes equipos del exterior decidieron dejar a un lado la camiseta de su país y renunciaron a la selección.

Batista en cambio nunca abandonó su humildad y amor por su país, ni siquiera cuando estaba en la NBA ni ahora cuando es el pase del año en la ACB, siempre se mostró dispuesto a jugar por la celeste y lo ha hecho de excelente manera.

Además de excelente jugador es una excelente persona y mantiene sus códigos y disciplina que lo caracterizaron desde sus comienzos, dejando de lado el ego que a muchos de menos calidad que él los cega por completo pensando que se llevan el mundo por delante y dejan de lado su pasado y país como es el caso de Jayson Granger quien renunció a la selección y nunca mostro agradecimiento a Cordón, club donde se formó e incluso llego a ningunear.

De cara al futuro…

Si Batista mantiene su nivel, tanto a nivel de selección como en su club (actualmente Caja Laboral Baskonia), podría conseguir grandes logros.
Se encuentra en la élite europea y disputando el Top 16 de la Euroleague.
En cuanto a una posible revancha en la NBA, ojalá se pueda dar, pero Batista se manifestó acerca de ello y dijo que no le interesaría al menos de momento, porque se adapto al baloncesto europeo y encontró su lugar en el mundo para plasmar su juego. Un lugar que venía buscando hacía rato.

¿Moraleja? Nunca digas nunca, y si Esteban sigue con su extraordinario nivel, seguramente se le abrirá una nueva puerta en la NBA, allí dependerá de él aceptar o no la oferta y convertirse en el mejor.